El anillo de Desayuno con Diamantes

Un objeto sencillo e incluso vulgar puede tener una fuerte carga emocional, contribuir al desarrollo y la conclusión de una historia.

No hablo de los objetos que reciben los héroes para que los utilicen (como los inventos de Q para el Bond pre-Craig).

Hablo de un anillo modesto: no pertenece a la Tierra Media, apenas tiene importancia, pero acaba siendo poderoso…

Como muchos sabréis los personajes de Desayuno con Diamantes son Paul (George Peppard), un joven escritor que ejerce como gigoló, y Holly (Audrey Hepburn), una cazafortunas, vecinos en un modesto edificio en Manhattan.

Esta es la historia del anillo:

  1. Paul encuentra el anillo en una bolsa de patatas fritas. A esto los teóricos lo llaman PLANTAR.
  2. Paul y Holly pasan un día como turistas en Nueva York. Él conoce los sitios favoritos de ella, como Tiffany’s. Paul quiere que Tiffany’s grabe un inscripción en el anillo que aún guarda en un bolsillo. (¿Quién no ha guardado un billete de diez euros en el bolsillo que ha acabado en la lavadora?)
  3. Cuando Holly quiere marcharse a Brasil con un multimillonario, Paul le entrega el anillo y le pide que se quede con él en Nueva York.

Me gusta cómo este anillo al que apenas se le ha dado importancia en el relato, acaba convirtiéndose en un objeto importante, simbólico, para los protagonistas.

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