Un año de cine brasileño (2012-2013)


Por José Manuel Blanco (firma invitada)

Vi Ciudad de Dios dos meses y medio antes de vivir en Río de Janeiro durante un año, de septiembre de 2012 a agosto de 2013. La tenía pendiente desde hacía tiempo. Ese viaje a la “Ciudad Maravillosa”, como la llaman los brasileños, era la excusa ineludible. Me enamoré de esa obra con un montaje veloz, cortante; una fotografía destellante hasta herir y una historia donde se mezclan la ternura, el amor y la tragedia cotidianas.

Ciudad de Dios es una de las películas más conocidas de la cinematografía brasileña. Comparte el puesto de honor con Orfeo negro, Tropa de élite o Estación Central de Brasil. Nos suenan, ¿no? Son las más conocidas. Por otra parte, en Brasil saben de nuestro cine por Almodóvar y poco más. Vamos a hablar de cine brasileño reciente y de cine español en Río de Janeiro.

El cine brasileño y los brasileños. Los brasileños y su cine

Brasil produce cine. Cine variado, como el español: comedias muy comerciales, documentales… Según datos de la Agencia Nacional del Cine (Ancine), en 2012 se estrenaron 83 películas nacionales (2 de animación, 34 documentales y 47 de ficción) y solo una de ellas se coló entre las diez más vistas: Até que a sorte nos separe se situó en el puesto 9 de una tabla coronada por Los vengadores. Y curiosamente, según me contaban Juliana y Luísa, dos amigas muy cinéfilas, sucede lo mismo que en España: existe el tópico de que el cine nacional es muy malo.

Douglas Silva in Cidade de Deus (2002)
CIUDAD DE DIOS

El éxito internacional de Ciudad de Dios (nominada a cuatro Óscar), Tropa de élite (Oso de Oro en Berlín y cuya segunda parte lidera el ranking de películas más vistas en las salas brasileñas) o Estación Central de Brasil (candidata al Óscar a Mejor Película Extranjera y a Mejor Actriz Principal, lo que convirtió a Fernanda Montenegro en la primera intérprete latinoamericana en postularse para esa categoría) ayudaron a mejorar su imagen dentro de las propias fronteras.

Juliana me lo narra así: “Aún existe un cierto prejuicio con relación a las películas nacionales. Personas que ni la vieron, ya no quieren [hacerlo] porque ‘debe ser mala’. Creo que hay mucha gente que aún no se dio cuenta de cuánto ha mejorado últimamente.”

Juliana, “optimista” con respecto al cine de su tierra, describe las películas brasileñas como “intensas, incluso las comedias. Al contrario de las cintas comerciales de Hollywood, de efectos especiales e historias vacías, la actuación del actor aún tiene importancia, así como el contenido. Ahora hay algunas comedias sencillas pero aupadas por un gran elenco. Los dramas suelen incluso lanzar nuevos actores robustos, como el Vinícius [de Oliveira] de Estación central de Brasil y los chicos de Ciudad de Dios.” Por cierto, un documental cuenta qué fue de los protagonistas de esta última diez años después de su rodaje.

Luísa también coincide en la idea de “prejuicio” hacia el cine nacional debido, en su opinión, a la baja calidad de los guiones hasta los años 90. “Es lo que llamamos ‘pornochanchada’, películas comerciales y eróticas con ninguna calidad técnica.” En la última década del siglo XX, con películas como Estación Central de Brasil y O auto da compadecida, “el cine brasileño pasó a ser más respetado dentro del propio país, pero no por eso más buscado o apoyado por el público nacional

Para mi amigo Léo, otro cinéfilo, Brasil tiene “una producción diversificada que atiende todos los gustos, pero aún hay muchas dificultades en la distribución, dominada por la industria estadounidense.” Léo destaca también el apoyo de TV Globo (perteneciente a Rede Globo, el mayor grupo de medios de comunicación de Brasil) en la producción de películas: “se ha convertido en un importante factor de atracción de público y muchos dicen que sin su apoyo es casi imposible superar la barrera del millón de espectadores. La excepción fue la primera película de Tropa de élite.”

Quiero destacar algunas de las cintas recientes de Brasil.

O som ao redor

O som ao redor encabeza esta lista por ser la película que representa a Brasil en los Oscar 2014. La cinta cuenta la vida de unos vecinos de clase media de la ciudad de Recife (en el noreste, una de las sedes de la Copa Confederaciones y el Mundial de Fútbol). Ilusiones, miedos, frustraciones… No es oro todo lo que reluce tras el boom de la economía brasileña. Es una de las diez mejores películas de 2012 para un crítico de The New York Times; los madrileños pudieron comprobarlo en el Festival de Cine Brasileño Novocine del pasado mes de noviembre.

Faroeste Caboclo

Hablé de ella en mi blog porque no conocía ninguna película basada en la letra de una canción. En este caso, se trata de un tema de más de nueve minutos de duración de la banda de rock brasileña Legião Urbana, clave para los jóvenes del país durante los años 80 y 90. Presente en el pasado Festival de Toronto, Faroeste Caboclo cuenta la huida de João de Santo Cristo del duro campo del noreste brasileño, para dar con sus huesos en la futurista Brasilia, donde se enamora con locura de Maria Lúcia. Amor, injusticia, diferencias sociales y venganzas, que algunos espectadores españoles pudieron ver en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, donde Brazilian Western compitió en la sección oficial.

Uma história de amor e fúria.

Ojito a este título porque puede que pronto lo oigamos más. Es la primera película de animación brasileña que se ha llevado el máximo premio del Festival de Annecy (Francia), el certamen más importante de su género, y una de las preseleccionadas para la categoría de Mejor Película de Animación en los Óscar 2014, junto a la española O apóstolo.

Con las voces de la estrella internacional Rodrigo Santoro (Perdidos, Love Actually, 300) y Selton Mello (que arrasó en los Premios del Cine Brasileño de 2012 con O Palhaço), cuenta la búsqueda de la amada de un hombre a través de cuatro siglos de la historia de Brasil, marcados por acontecimientos como la llegada de los portugueses, la dictadura militar (1964-1984) y un futuro distópico en el que la falta de agua ha convertido a Río de Janeiro en una ciudad peligrosísima. Homenajeada en el Festival Ánima Mundi de agosto de 2013, que se celebra cada año en Río y São Paulo, y presente en el de Sitges, su producción duró más de ocho años. ¿El resultado? Una historia en la que destaca su poderosa y atractiva factura visual.

Luz, Ánima, Ação!

Seguimos con los dibujos. Este documental producido por TV Brasil (una especie de La 2 patria) recorre la historia de la animación brasileña, desde la época muda hasta nuestros días, pasando por la publicidad y los animadores que han desarrollado su carrera más allá del Amazonas. Muy interesante para los amantes de la animación, de la historia del cine… o simplemente de Brasil.

Cine Holliúdy

Brasil es un país gigantesco, de proporciones continentales. Hay algunas películas que solo se estrenan en un estado o región, se convierten en éxito y de allí saltan a otros rincones. Es lo que ha sucedido con este Cine Holliúdy en el estado de Ceará (noreste del país y cuya capital, Fortaleza, será, como Recife, sede del Mundial). Éxito en esos terruños, esta comedia ambientada en los años 70 cuenta la historia de un emprendedor que decide reformar un cine con el que hacer frente a la competencia de la televisión. Como curiosidad, el dialecto “cearense” ha sido subtitulado para entender los diálogos a la perfección.

Las 50.000 entradas que los distribuidores esperaban vender se quedaron cortas: según datos del diario O Globo, fueron 400.000 solo en la región noreste de Brasil, 280.000 de ellas en Ceará, antes de despegar a Río de Janeiro y São Paulo (en la región sudeste, mayor mercado cinematográfico del país). Como me dice Léo, que nació en tierras cearenses y ha seguido este caso por vínculos afectivos con la zona, “normalmente, lo que ocurre en Brasil es lo inverso: la cinta se estrena simultáneamente en todo el país o primero en el sudeste para después llevarse a todos los estados.” 

¿Una futura película de Woody Allen?

El alcalde de Río, Eduardo Paes, no ha escondido su deseo de que el director de Annie Hall ambiente una de sus películas en la ciudad y ponga al Cristo Redentor y compañía en el mismo mapa en el que están Nueva York o Barcelona. “Pago el 100% de la producción”, dijo Paes. De momento, ya ha hablado con la hermana del director y ha mandado recado a través de Santiago Calatrava.

El cine español y yo en Río de Janeiro

La verdad, uno se alegraba con la presencia del cine español por las calles de Río de Janeiro. Cruzarte con Maribel Verdú en el cartel de Blancanieves cuando no sabías que la iban a estrenar allí (Pablo Berger fue a presentarla) o ver a los azafatos más locos del celuloide patrio en un cartel más alto que tú.

Se estrena poco: cinco títulos en 2012 y 3 en 2011 y 2010, según datos de Ancine y frente a los 133, 144 y 149 de Estados Unidos, respectivamente. Y por lo que hablé en Río de Janeiro, se conoce muy poco. Almodóvar y gracias. De ahí que, por ejemplo, te chocara (pero a la vez agradecieras) que unos amigos alabaran Eva, de Kike Maíllo o que se sintieran interesados por la variedad de nuestra comedia. Como anécdota, La piel que habito estuvo nominada en 2012 en la categoría de Mejor Película Extranjera para el público de los premios de la Academia Brasileña del Cine. Y fue derrotada por… adivínenlo:

Quizá sea más fácil llegar al público brasileño a través de la coproducción con Iberoamérica: durante el tiempo que estuve allí se pasearon el nacionalizado Ricardo Darín con Tesis sobre un homicidio, junto a los zombis de Juan de los muertos. Estas películas, que cuentan con participación española, lucieron cartel meses después de las 18 comidas de Jorge Coira y las antes citadas.

Hace unas semanas, la Fundación SGAE promocionó el cine español reciente ante el público de Río y São Paulo, con la esperanza de que también interesara a distribuidores y exhibidores. Entre las películas programadas, 15 años y un día, Pa negre o Sueño y silencio. El relevante Centro Cultural Banco do Brasil de Río de Janeiro cierra 2013 con una muestra de cine español contemporáneo, donde Quim Gutiérrez y Luis Tosar compartieron pantalla con José Coronado y Michelle Jenner. El Instituto Cervantes también se ocupa de la difusión del cine nacional y el Festival de Cine de Río proyecta cintas actuales: en 2013 fue el turno de Mapa o Carmina o revienta, mientras que en 2012 Fernando Trueba acudió para presentar El artista y la modelo a la vez que veíamos No habrá paz para los malvados u Operación E.

Para saber más:


José Manuel Blanco es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha trabajado para ABC y La informacion. Fue redactor de la Agencia EFE en la delegación de Río de Janeiro (Brasil) en los años 2012-2013. En la actualidad colabora con Hoja de Router con artículos de tecnología y emprendimiento. Accésit en el II Certamen Andaluz de Escritores Noveles del Pacto Andaluz por el Libro (PAPEL).

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