Cómo hacer (mal) cine de autor


Si odias Marvel y las películas de Netflix aquí tienes una breve guía para crear cine de autor.

Argumentos del cine de autor

Si pretendes ser autor en Europa debes desarrollar estos géneros:

  • La clase intelectual se va de finde.
  • La clase trabajadora no mola.
  • Momentos de vida (de la clase intelectual).

Desarrollemos los argumentos.

La clase intelectual se va de finde

  • Intelectuales debaten en una casa de campo durante horas si la Crítica a la razón pura de Kant explicará por qué Isobel nunca hará una tarta de queso perfecta.
  • Profesores de universidad, pintores o escritores brillantes tienen como amantes a alumnas ingenuas que leen a Hegel. Mientras, las esposas pintan naturalezas muertas.

La clase trabajadora no mola

Si no quieres presumir de tus estudios puedes escribir un guion sobre las injusticias contra los inmigrantes, las mujeres maltratadas y los trabajadores explotados.

Los personajes predilectos del cine de autor pertenecen a la clase media-baja. Por supuesto que tienen problemas económicos, pero esto no es suficiente. El protagonista tiene demasiadas responsabilidades y penas:

  • Un padre con una enfermedad terminal.
  • Un hermano politoxicómano.
  • Una pareja alcohólica.
  • Si recibe un préstamo, le roban.
  • Si inicia un modesto negocio, se quema.

Puede que nunca hayas trabajado de verdad ni hayas sido víctima de la injusticia. No importa.

  • Observa durante una semana a los trabajadores de una envasadora de huevos.
  • Habla dos o tres tardes con víctimas de violencia de género.
  • Pasea por las calles de un barrio deprimido. Para ti debe ser suficiente para captar el ambiente, los sueños y las frustraciones de la clase trabajadora a la que no perteneces, pero con la que te identificas.

Recuerda mencionar en las notas de prensa que tu obra denuncia un tema que la sociedad ignora.

Momentos de vida

Sleep (1964)

Un hombre que duerme… y duerme hasta que despierta.

Lo que pasa en una calle durante seis horas… para reproducirlo a velocidad ralentizada.

Un hombre leyendo un poema de 4080 páginas sin elipsis.

¡Supera esto!

Recursos de estilos

Los temas clásicos del cine de autor deben filmarse con un estilo reconocible por los festivales europeos cuyo jurado detesta Hollywood pero se muere por fotografiarse con las estrellas internacionales de comedia romántica y el cine de acción.

Finales amargos

Si pasa por tu cabeza un final esperanzador deja inmediatamente de escribir. Los finales felices son de cobardes.

Tú muestras la vida como es.

Es preferible una película a medio terminar antes que dar a los personajes una oportunidad de ser feliz. Si la felicidad del personaje depende de la llegada de una carta, atropella al cartero y que la carta se la lleve el viento.

Si la felicidad depende de que dos personajes coincidan en el ascensor, uno de ellos es atropellado (¡siempre funciona!) o uno de ellos se detiene a atarse el zapato… y así pierde la oportunidad de su vida.

Desordena la historia

Cambia el orden narrativo sin miedo. Comienza con la escena 50 en lugar de la 1. Coloca la 20 en lugar de la 90.

Lo importante es que rompas la estructura lineal. No importa si no tiene ni pies ni cabeza y si es necesario un mapa para no perderse. Puedes justificarte así:

“Godard dijo que las historias tienen un principio, un medio y un final, pero no necesariamente en ese orden”.

Además, mencionando a Godard, pope del cine de autor, ningún crítico se atreverá a toserte.

La vida sin cortes

¿Entrar tarde y salir pronto? ¿Qué es eso? William Goldman para ti no significa nada. Si quieres ser autor para ti no existe la edición del guion.

Puedes colocar a tu personaje frente al espejo cinco, seis, siete minutos… Simplemente mirándose. Si quieres ser considerado un autor naturalista muestra con una duración real cómo se afeita, se enjuaga la cara, se coloca crema para calmar las irritaciones.

Es probable que la prensa especializada diga que te atreves a mostrar la realidad sin adornos, obligando al espectador a «reflexionar sobre la alienación de los actos cotidianos».

La radio, la única música

El verdadero autor no emplea más música que aquella que está en la escena. Pero se inteligente: si necesitas una música concreta casualmente suena en la radio o la toca un músico en el metro.

Si tienes presupuesto, no uses más instrumento que un violín.

Diálogos ultrarrealistas

Si tus personajes son intelectuales, cada frase escupe una sentencia. Si tus personajes son de la calle debes escribir diálogos ultrarrealistas:

PEDRO
Quiero cambiar de vida.


NACHO
¿Cambiar de vida?


PEDRO
Quiero irme a Alaska.



NACHO
¿Por qué Alaska?


PEDRO
Estoy harto de ver las mismas caras.

NACHO
Cuando lleves allí un año, todas
las caras serán iguales.

También puedes pedir a los actores que improvisen sobre la marcha partiendo de un guion apenas esbozado. Y puedes superarte: no uses actores porque su técnica está corrompida: contrata a personas de la calle.

Entre los diálogos ultrarrealistas introduce una o dos historias personales: momentos de epifanía. Un personaje habla durante diez minutos sobre esto y aquello: la política, la inmigración, la sociedad líquida…

Y, por último, plantéate la ausencia de diálogos.

Desnudez y sexo

Muestra a los personajes desnudos en su cotidianidad. ¿Cuánto dura una ducha? ¿Diez minutos? Filma a tu personaje diez minutos en el baño. Poesía de lo cotidiano.

Las escenas de sexo también merecen ser mostradas sin elipsis para mostrar «la conexión espiritual de los protagonistas» o, por el contrario, «el vacío existencial que no es sofocado por el placer de la carne».

Violencia pornográfica

Si quieres mostrar sexo con sangre y dolor, y te llaman pornógrafo, menciona Saló de Pasolini. Di: «Quiero demostrar las sombras del ser humano». Llama fascista a quién te diga que es innecesario mostrar pinzas de batería del coche en los testículos de un personaje.

Ahora te toca a ti

Ahora sabes cómo puedes hacer cine de autor. No te sientas menos inteligente que los directores con los egos alimentados por Cahiers du Cinema, tú puedes ser uno de ellos aunque no hayas leído Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente de Schopenhauer.

Y si la crítica no habla de ti, hazlo tú. Llámate francotirador. Búrlate de otros directores de tu nicho comercial. Llamalos fraude o estómagos agradecidos.