25 de junio de 2012

¿Cómo escribe los guiones un guionista y director de cine de amplia trayectoria? ¿Qué piensa sobre su trabajo? ¿Qué rutinas utiliza?
Eso es lo que encontrarás en esta entrada-entrevista a Manuel Martín Cuenca.
Martin Cuenca es un guionista y director con una dilatada trayectoria en la que destacan largometrajes como La flaqueza del bolchevique, Malas temporadas, y La mitad de Óscar. Además, ha ejercido como director de casting y productor, entre otros oficios cinematográficos, por lo que conoce los entresijos de la industria audiovisual.
El director y guionista nos cuenta cómo escribe los guiones y cuál es su filosofía de trabajo.
Índice de contenidos
El método de escritura
JAVIER: ¿Cómo procedes a la escritura de un guión? ¿Sigues todos los ‘pasos’: sinopsis, tratamiento, escaleta, guión…?
MARTÍN CUENCA: Sí, y cada vez más. Pienso en la idea, y de ahí la sinopsis y, sobre todo, pienso mucho en la premisa del guión, en la frase fuerte que encierre el dilema de la película. Cuando tienes una buena premisa es como un faro que ilumina todo el proceso. Escribo varias sinopsis y luego trabajo sobre todo la escaleta. A veces hago tratamiento, pero me parece una herramienta menos precisa y sobre todo la uso para que un tercero pueda entender la película, como herramienta de venta (es un poco el cuento) . Lo que me parece más útil antes del guión es la escaleta… incluso cuando reescribo un guión y veo que aún tengo problemas de estructura vuelvo a hacer una escaleta para la 3ª o 4ª versión… la escaleta y la premisa me las replanteo continuamente durante la escritura hasta que encuentro un guión fuerte al que ya sólo le queda trabajar los detalles… eso me suele ocurrir entre la versión 3ª y la 5ª, pero depende de la complejidad de la historia. Luego suelo escribir dos o o tres versiones puliendo el guión… Por ejemplo, para mi nuevo proyecto Caníbal, hemos necesitado 7 versiones de guión hasta que hemos estado convencidos de la estructura y de la historia. Ahora hemos hecho una nueva versión puliendo y luego espero hacer una o dos más de aquí al rodaje.
JAVIER: ¿Sigues una rutina de escritura (horarios, manías)?
MARTÍN CUENCA: Lo intento. El problema es que al no ser sólo guionista me cuesta mucho volver a entrar en esa rutina. Cuando la tengo, la disfruto un montón… pero ¡zas!, me tengo que poner a hacer cosa de director o de productor o a dar clases…. la rutina para escribir es una delicia. Me levanto por la mañana, tomo mi café, mi zumo y me siento delante del ordenador. A la hora o así empiezo a fumar… y cuando llevo 4 o 5 horas es cuando mejor me siento. Me gusta escribir por la mañana temprano, hasta las doce o la una… Por la tarde y por la noche me da pereza. Cuando acabo un guión me siento entrenado… y tengo ganas de empezar otro. Por desgracia, como he dicho, tengo que ponerme a hacer cosas de director. Tengo ganas de escribir para otros, por cierto. También es verdad que me cuesta mucho entrar en esa rutina. la primera semana o dos de escritura son un infierno, como estoy acostumbrado a hacer otras cosas (de dirección, de producción…) no estoy en foco con la escritura y me disperso con cualquier tontería y me siento un inútil y me tiro de los pelos… es una terrible sensación que sólo se me pasa a base de echar horas y horas escribiendo y paseando y pensando en lo que estoy haciendo. Concentrándome.
JAVIER: Como guionista de tus propias películas, ¿necesitas menos palabras para describir situaciones o acciones o caracteres?
MARTÍN CUENCA: No. Trato de ser preciso, conciso y visual, pero no porque vaya a ser el director sino porque creo que los guiones se escriben así. No son obras en sí mismas, pero me preocupa que se lean bien, que sean de escritura elegante. Reviso y reviso las frases y la redacción muchas veces. Puedo reescribir una escena que me gusta pero que no está ajustada unas veinte o treinta veces… Y siempre el objetivo es el mismo: describir con el menos número de palabras posibles. No se trata de que por ser director deje abiertas cosas, eso depende la naturaleza de la película, sino de contar lo justo. Porque tengo claro que un guión es sólo una guía, un mapa… el director y los actores y el equipo lo interpretan.
JAVIER: ¿Escribes teniendo en mente a los posibles actores?
MARTÍN CUENCA: A veces sí, otras no… a veces escribo teniendo en cuenta a un actor y luego no puede hacer la peli, o yo cambio de opinión durante el proceso. Cualquier cosa te ayuda en algo tan frágil como escribir un guión… lo que creo es que tenemos que estar dispuestos a desprendernos de los bastones que nos han ayudado a hacer el camino. Las fantasías, entendidas como ideas sin materializar, son buenas para empezar a crear, pero no se pueden mantener como ideas fuertes durante todo el proceso. Son ideas débiles y hay que desprenderse de ellas. La única idea fuerte de un guión es la premisa. Todo lo demás oscila, cambia, se mueve… como en el mar. la premisa es el timón.
Personajes fuertes o tramas fuertes
JAVIER: La pregunta de Truffaut a Hitchcock: ¿Personajes fuertes o tramas fuertes?
MARTÍN CUENCA: Gran pregunta. No recuerdo la respuesta de Hitchcok (leí el libro hace mucho)… ¡¡Voy a tener que releerlo!! así que intento responderte como pueda, luego me avergonzaré cuando relea a estos maestros, seguro.
Ni una cosa ni la otra. La situación. Una buena situación genera personajes fuertes e interesantes… y en sí misma contiene una buena trama. Yo antes creía que los personajes fuertes eran lo principal y trabajaba siempre los guiones desde ahí… pero ahora he cambiado un poco mi punto de vista, porque creo que el personaje nace en el dilema. El personaje se crea en la historia. Nunca me ha gustado trabajar directamente las tramas porque creo que eso genera películas muy superficiales pero trabajar sólo los personajes en abstracto genera pelis más intelectuales… , así que he descubierto que me gusta trabajar imaginando una situación interesante a la que deba enfrentarse un tipo de personaje… y que eso es lo que genera todo: personaje fuerte y trama fuerte. Esto me vale tanto para el dibujo general de la historia como para cada una de las escenas, en las que trato de elegir las mejores situaciones posibles del continuum de la historia, las que son más significativas. Pero eso es lo que creo ahora, en cuanto me convenza de otra cosa cambiaré… Pero insisto, ir al libro de Truffaut… ahí está la respuesta buena.
JAVIER: La flaqueza del bolchevique me sorprendió bastante en su momento por la naturalidad de María Valverde, que debutaba. Es difícil conseguir actuaciones así de actores debutantes. Quiero saber hasta qué punto se trabaja esto en guión y si el guión se adapta a la actriz o viceversa.
La flaqueza del bolchevique
MARTÍN CUENCA: Siempre adapto el guión al actor/actriz elegido. Si veo que no le sale lo que está escrito lo cambio. Por eso te la juegas tanto en el casting. Es esencial. Pero si has elegido a un actor y hay algo que no funciona en su relación con el guión trato de cambiarlo… eso no quiere decir que no empuje al actor, porque a veces sí que funciona pero el actor está cómodo o perezoso y no quiere intentarlo. Como director tienes que discernir cuando tienes verdaderamente un problema con el guión y la imposibilidad del actor para interpretarlo y cuando es simplemente una paranoia del actor, que pasa mucho.
En el caso de María Valverde, el guión estaba esencialmente tal y como es la peli. Pero en los ensayos fui explorando y adaptando el guión a ella en pequeñas cosas. Y descubriendo detalles de ella como persona para meterlos en el personaje. Por ejemplo, un día vi que en sus notas del guión (que yo revisaba) había escrito la palabra Bolchevique y su definición en el diccionario (porque ella no sabía exactamente lo que era un bolchevique antes de hacer la peli), así que se me ocurrió reescribir una escena con eso. Otro detalle, por ejemplo, es que el personaje se llamaba Rosana en la novela y en el guión, y yo lo cambié a María en mitad de los ensayos como un golpe de efecto para la actriz. Hice muchas cosas así… Pero al mismo tiempo la puse a adaptarse a ella a la idea que yo tenía del personaje, la que emanaba del guión, así que a empezó a nadar con un profesor,a adelgazar… Ensayamos casi dos meses e hicimos muchas tomas. Todo el tiempo estábamos explorando esa relación guión- actriz. Lo hice incluso cuando la película había acabado el rodaje: en la posproducción. Doble muchas cosas que no me convencían, matices de interpretación. las doble y las doblé hasta que tenían la magia que buscábamos. De forma un poco obsesiva. María era como un diamante en bruto, con mucho talento y sin prejuicios, porque no había hecho nada antes y no tenía experiencia, pero tampoco tenía vicios. Rodando me di cuenta de que María podría llegar a ser una especie de Mónica Vitti, así que me sentí fascinado con lo que ella podría llegar a ser como actriz y privilegiado por ser su primer director… Lo pasé muy bien. Pero los actores no son lo que los directores pensamos de ellos y siguen su propio camino, como es obvio, una vez que han terminado la película, así que la María del Bolchevique es sólo una ficción.
El formato de guion
JAVIER: Algo que siempre nos intriga a los guionistas de otros guionistas, ¿utilizas un programa específico para escribir guiones?
MARTÍN CUENCA: Hasta hace poco utilizaba un Word adaptado por mí con estilos a mi gusto. Soy muy maniático y me gusta exactamente escribir con un tipo de formato. Pero mi coguionista más habitual, Alejandro Hernández, odiaba mis estilos del Word (no porque no le gustara la forma en que salían, sino porque decía que perdía mucho tiempo aplicándolos). Y me hizo prometer al final de La mitad de Oscar que el siguiente guion lo escribíamos en Final Draft. Yo, que estaba de buen humor ese día, cedí… así que ahora escribo en Final draft. He tenido que hacer mis dos últimos guiones en este programa… y estoy adaptándome. Es muy bueno, pero hay cosas que no me gustan y trato de encontrar la forma de cambiarlas, pero es cabezón.
El futuro de los guionistas
JAVIER: En estos tiempos tan difíciles para todos, y mucho para los que nos dedicamos al guión, ¿tienes unas palabras de aliento?
MARTÍN CUENCA: Es un oficio hermoso, duro, muy duro, pero hermoso. Si disfrutas escribiendo, hazlo. Vendrán tiempos mejores. Y un consejo, nunca dejes un guión por nada. Ni los que consumen las cosas gratis las valoran, ni los productores que no pagan nada por los guiones los valoran. Como no han pagado no van a pelear lo suficiente, sólo van a cubrir el expediente. Nunca he trabajado gratis, ni cuando empezaba, ni pienso hacerlo. me tienen que pagar de alguna manera. Creo que eso es importante.
JAVIER: Muchas gracias, Manuel por tus palabras.
MARTÍN CUENCA: Muchas gracias a ti por tus preguntas. me he divertido respondiéndolas, creo que han sido muy buenas. Espero haber aportado algo. He tratado de responder con el corazón.
Desde luego que las palabras de Martín Cuenca equivalen una clase magistral.