Entrevista: Fernando Hugo Rodrigo, analista de guion


Entrevista realizada el 03/06/2010

Fernando Hugo Rodrigo falleció en enero de 2018. Fuimos compañeros en Paso al Sur (Pausoka en Andalucía) durante 1999. Aunque la vida nos llevó por distintos caminos profesionales nunca perdimos el contacto. La entrevista se realizó en 2010 y quiero destacarla ahora como homenaje.

TEXTO ORIGINAL

¿Quieres saber qué piensa y cómo trabaja un analista de guión de una productora? Entonces te conviene leer este artículo.

Es una suerte para mí que Fernando Hugo Rodrigo haya respondido al cuestionario que le pasé. Es guionista, autor del blog DE LIBROS, VIAJES, CINE, Y OTRAS FICCIONES, y analista de guión de PROMICO IMAGEN.

LA ENTREVISTA

¿Cuántos guiones sueles leer al año?

Aunque me gustaría decir que mi función principal en la productora es la de analista, lo cierto es que tengo otras obligaciones que me ocupan mucho tiempo.

Como lector, ¿qué aprecias en un guion?

Que cuente una historia original, o bien que cuente una historia no tan original de un modo diferente. «Chico encuentra a chica» es un esquema con miles de posibilidades. Ahora bien, si la historia cuenta algo nunca visto en pantalla, esto asegura la atención: del lector, del productor, de los posibles inversores.

Que contenga imágenes potentes, significativas, hermosas o terribles: que uno pueda «ver» lo que nos está contando. En fin, lo mismo que se le pude exigir a la buena literatura. Que responda a las exigencias mínimas de una buena historia: buenos personajes, una estructura que mantenga el interés. Que esté bien escrita. No ya bien redactada. Bien escrita; bien narrada. Que los personajes no hablen por hablar; que se expresen cómo son mediante la acción.

Que sucedan cosas. Suficientes, pero mejor muchas que pocas.

¿Están bien formateados los guiones que recibes?

No. Casi ninguno.

En tu blog (Mis Ficciones) te quejas de la mala ortografía y gramática. ¿Es un mal extendido en los guiones?

Es horrible. Daña a la vista. Todos cometemos fallos, sin duda; yo mismo. Pero lo que me encuentro es de séptimo de EGB, o bueno lo que sea que se llame ahora, en la ESO.

Y me preocupa. Si esta persona no sabe cómo redactar, implica que no lee o que no lee mucho. O, como mínimo, que lee sin prestar mucha atención. Tampoco guiones. Muchos creen que basta con ver cine, pero eso apenas cuenta. El guión no se analiza bien si no es en negro sobre blanco.

Además, la escasez de lecturas implica que ese guionista no es probable que conozca todo lo que YA se ha hecho, respecto a historias, géneros, personajes y «giros» de guión. Eso es un riesgo: promete un tipo que puede creerse, de veras, el más inteligente y original sobre la Tierra.

¿Alguna recomendación a los que quieran enviar guiones a tu productora?

1. Repasa la ortografía. Con ayuda, si es necesario.
2. Busca un formato profesional. Sea el americano o el de la BBC. No existen «porque sí». Existen porque muchos profesionales, de varios países, han determinado que así se calcula bien que un minuto es una página, y que son más fáciles de leer. Y de desglosar, para la producción.
3. No entregues una primera versión. Muestra ésta a gente con criterio que te haga ver posibles fallos y posibles aciertos. Luego, rescribe. Y rescribe. Y luego, envía una tercera o cuarta versión.
4. Nunca nunca nunca escribas un guión directamente. Usa tarjetas, o escaleta, o un tratamiento ya secuenciado. Lo que quieras. Pero no te pongas escribir de buenas a primeras. Rellenarás páginas con escenas innecesarias, diálogos suprimibles, y aburrirás. Sobre todo, eso: aburrirás.
5. Acepta las críticas, comentarios y sugerencias del analista, y tenlas en cuenta para discutirlas (en el sentido de debatirlas, no de ponerte a la defensiva, a pleno grito) con él. No tienes que hacerle caso en todo, pero sí dejar que lo que comenta te abra los ojos a tus propias soluciones.

¿Crees que hay sitio en la industria española para nuevas estructuras y estilos cinematográficos?

Creo que me sitúo en un punto medio. Desde que los guionistas profesionales se han asociado y tienen más voz, parece que hemos de defender nuestra profesionalidad acudiendo a los tecnicismos. Igual que haría un montador hablando del Avi, o un director de fotografía sermoneándote sobre lentes. Y no.

Elementos como la estructura o los puntos de giro son útiles, sí, pero no deben constreñir. Además, la especialización conduce a que no nos abramos a otras artes. Y un guionista debe, sobre todo, leer mucho. Y analizar qué se lee.
Ahora bien, tampoco podemos irnos al extremo contrario.

Mucho principiante se defiende normalmente explicando que él «va más allá» del esquema clásico estadounidense. Esto, además, de prepotente, es muy ingenuo. Tienes que conocer bien las reglas, si vas a subvertirlas. No puedes creerte David Lynch porque tus colegas te dicen que tienes «mucha imaginación».

Por tanto, si me llegara un guión diferente, menos clásico en su estructura, pero fuera original, bello, significativo o trascendente creo que lucharía por él. En todo caso, no es lo que me llega, por desgracia. Y eso me devuelve a lo que decía antes: la industria del guión se está volviendo conservadora.

¿Crees que es posible otra ficción en televisión?

Eso no depende de nosotros. Hay una mentira que corre por los pasillos de las televisiones que dice que el público pide esto o aquello. Volviendo a lo de la defensa en el conocimiento técnico, supongo que los directivos se ven en la necesidad de justificar sus sueldos afirmando qué es eso que piden las audiencias. Si lo supieran, no habría series que fracasan. Y en España sabemos de eso, y bastante.

Lo que hemos de reconocer es que en España sólo hay unos cuantos millones de personas que consumen televisión. Y que es probable que esto vaya a menos. Luego, los presupuestos no pueden ser, nunca, nunca, como los se manejan en otros países, como Estados Unidos. Ellos sólo requieren un porcentaje de población más escaso. Además, ellos venden fuera. Héroes ha llegado a su tercera temporada con unos índices de audiencia bastante pobres, lo mismo que le sucede a Smallville, que ya ha renovado su próxima temporada. Otra cuestión es si las televisiones son conscientes de que les sobran directivos inútiles y caros, y no entienden que invertir en talento es invertir en éxito.

Otro ejemplo en el que mirarnos podría ser Gran Bretaña. Claro que su modelo de televisión pública es mil veces mejor, con estupendos profesionales (de todas partes del país, además; Doctor Who es de la BBC de Gales). Aquí, el talante funcionarial y el rollo sindical (que tendrá a veces su razón, no lo niego) imposibilitan que TVE produzca sin recurrir a productoras externas. Productoras externas, que, no nos engañemos, no es que creen muchos puestos de trabajo, o bien lo hacen de una clase muy indigna: temporalidad, horarios imposibles, y gente mal pagada.  Recomiendo a todos que visiten la página de TACE: este sindicato sigue muy mucho los excesos a los que se somete a los trabajadores del audiovisual. Una vez lean sobre cómo se hacen series como Águila Roja, tal vez se les quiten las ganas de volver a verla otra vez.

Otra posible salida sería que, con la llegada de la TDT privada, y, en parte, con los canales de Imagenio o Canal Plus, la oferta se especialice. Series para los más jóvenes, series de género negro o criminal, series de fantasía o ciencia-ficción. [Recordemos que la entrevista es de 2010].

Pero no lo veo probable. Siempre es más barato comprar fuera. Ni Calle 13, ni Axn, ni Disney Channel compran o producen series para sus canales. Y mira que son repetitivos: emiten doscientas veces lo mismo. Sólo Clan apuesta por alguna que otra serie de animación hecha aquí, pero tampoco con mucho entusiasmo. [Recordemos que la entrevista es de 2010].

Esto quizá tenga que ver con un espectador que no es crítico. En Estados Unidos, tener ciertos canales es signo de status y de cultura: ver la HBO es «in». En Gran Bretaña, se enorgullecen de que su BBC haga series con una producción decente y una calidad que luego «vende» a otros países.

Aquí nos conformamos. ¿Que Imagenio tiene en abierto canales que casi siempre repiten las mismas series, como Calle 13 o AXn? Pues pagamos igual. Pero no queremos pagar por esos otros canales que no vienen con el paquete básico. Veremos qué sucede con la TDT de pago: no veo yo a mucho españolito pagándolo. Aunque también habrá que ver qué ofrecen.

¿Qué géneros crees que interesan más a los espectadores de cine en la actualidad?

Resulta arriesgado porque nunca se sabe. El cine de terror siempre tiene un público adolescente o joven dispuesto, aunque no suele perdurar más allá de la segunda semana desde el estreno. Pero casi todos los estrenos de terror de Estados Unidos obtienen unas cifras considerables, sean horribles o interesantes.

La comedia romántica también tiene sus seguidores fijos: guste o no guste, aquí, como en Estados Unidos, se cumplen los roles de género. Las chicas prefieren esas cintas.

La comedia, ya aparte del romanticismo (que no sé si últimamente es tan fácil de separar), también da buenos dividendos.
Pero todo, siempre, depende de la publicidad. Y de la suerte, claro. Y de eso que nunca sabremos. Qué le gusta al público en un momento determinado.

¿Crees que el espectador es más crítico con el cine español que con el resto

Esto es muy complejo. Pueden existir varias causas: diversas afirmaciones que, de tanto repetirse, muchos se ha creído.
1. El cine español está subvencionado. La derecha mediática lleva años con este discurso de que los actores y autores de cine español son todos una panda de vagos, que chupan de nuestros impuestos. Absurdo. El Estado, con el PSOE, pero también con el PP, subvenciona empresas, agricultores, metalurgias, y muchas cosas más. Esto pasa en toda Europa. En Estados Unidos no subvencionan el cine, pero lo protegen: nunca doblan las películas extranjeras, y ejercitan una política agresiva en otros territorios para que sean sus películas las que se vean. Casi todas las distribuidoras y exhibidores tienen capital estadounidense. Nosotros, como siempre, somos más patriotas cuanto más antipatriotas. Nos encanta eso que parece que viene de la generación del 98: siempre doliéndonos, siempre quejándonos de lo malos que somos en todo. Miren a los franceses, qué chauvinistas ellos. Ni se plantean esa mentira de que el mercado audiovisual es libre. Coge y prohíben la publicidad de películas estadounidenses en televisión. Con un par de narices.
2. El cine español es peor que el americano. Es una comparación injusta. Algunas películas españolas son peor que algunas películas de Estados Unidos. No creo que Transformers 2 sea mejor que la peor de Medem. Curiosamente, esta afirmación viene en muchas ocasiones de quienes luego van y ven «Spanish Movie». No se comprende. Parece que sólo se admite el cine español que es malo de verdad.
3. El cine español no se hace para entretener; es cine de autor. Esto proviene, en parte, de una crítica de cine heredera del Cahier du Cinema, o de parte de ella, en que se introdujo que el cine de autor es el acabose. Parece que olvidan que aquellos franceses defendían a Fritz Lang o Hicthcock, que será o no autores, pero que se movieron casi siempre en el cine de género. Estos críticos quisieron ver en su momento una pléyade de directores españoles que seguían esos pasos, y se congratularon a voz en grito. Y, claro, con la llegada de los 90 y de directores comerciales, se sintieron estafados. Luego, había que criticarlos: «el cine no es esto». Y siguen con la tabarra, oigan.
Pero no. El cine de autor español a veces es insoportable y, sobre todo, erróneo, y el cine comercial a veces es estupendo. Y viceversa.

¿Es autocrítico el guionista español?
Hay muchos guionistas, y muy diferentes. La tendencia tal vez sea a una especie de defensa bizantina de su territorio, comprensible después de años en que se despreciaba su trabajo. Ahora, probablemente, se nos desprecie igual, pero, al menos, podemos responder.

Sin embargo, si la defensa se articula en exclusiva en torno a ese conocimiento enciclopédico de Field o McKee, mal vamos.

Aparte, yo pensaba, que, por edad, los guionistas españoles serían más posmodernos: más hijos del cómic, la ciencia-ficción, el arte popular ante que el «arte serio»… Si lo son, a ratos, no se impregna en sus opiniones. A principios del siglo XXI no tiene mucho sentido seguir pensando que todo son los personajes. Primero, porque eso es narrativa del siglo XIX; segundo porque la psicología de andar por casa no es verdadera psicología (y los personajes de hoy en día de la ficción española son para echarles de comer aparte, en algunas ocasiones); tercero, porque a veces se notan unos prejuicios heredados de anteriores generaciones de narradores. Demonios, ya deberíamos darnos cuenta de que Galdós está muy bien, pero que la vida no se acaba en el realismo. O en el minimalismo a ratos desesperante de Carver y afines. Esto, imagino, también viene de la crítica literaria, bastante perdida a veces, incapaces de declarar a Cela o Delibes señores poco válidos a la hora de hacer ficción del siglo XX. O poco válidos, a secas. Y ahora, la adoración viene con Carver.
Ni Borges, ni Poe, ni Lovecraft, ni Cortázar: esos eran demasiado «fantasiosos». Extraño, porque es lo que ahora escriben los narradores jóvenes, al menos en la literatura de relatos.
A todo esto, una buena pregunta sería: ¿qué libros leen los guionistas españoles? ¿Stieg Larsson o Don Delillo? ¿Carlos Ruíz Zafón, Javier Marías, Vila-Matas? Sería interesante hacer una encuesta.
Alguien que, a estas alturas, se escandaliza con los juegos narrativos de Lost es que no está muy en el mundo; o en la narrativa que se escribe hoy día. Parece que los guionistas aceptan Los Soprano, The Wire, The Shield o Mad Men porque, al conocer y dar a conocer sus virtudes, piensan que se les aceptará más: como diciendo «eh, que la ficción televisiva también es seria». Una pena; ni disfrutan Doctor Who, ni Buffy, ni Battlestar Galactica. Hablar de ellas les haría parecer frikis, imagino.
Lo bueno o lo interesante lo es, sea del género que sea.

¿Cómo son recibidos por los guionistas tus comentarios como lector?
Unos los toman en cuenta, otros los ignoran. Muchos creen que si respetan ciertas normas narrativas, sus historias «pierden su esencia». No son muy autocríticos. Sólo porque ellos los han creado, piensan que sus personajes y situaciones son buenas tal como están: no quieren ver si son arquetipos, poco originales, sin objetivos, sin motivaciones, o simplemente cercanos al precipicio de lo cursi.
Muchos creen que «el suspense» es algo propio del cine de ese género. Creen, en su prepotencia, en su divertida, ingenua y tenaz prepotencia, que «su» historia la van a seguir los espectadores sin cambiar de canal o sin aburrirse simplemente porque es «suya».

Gracias Fernando por acceder a esta entrevista
Gracias a tí.

* Fotografía de Fernando Hugo Rodrigo realizada por Natalia Rodrigo.

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