Se produce un agujero de guion cuando un personaje no llama a la policía cuando debería hacerlo. Incluso películas muy conocidas cometen este error. El público perdona el primer visionado e incluso disfruta si ha sido atrapada por la velocidad de la historia, pero rara vez perdonará un segundo visionado.
«Si el personaje llama a la policía, se acaba la película», es una pobre excusa.
Aquí tienes un puñado de razones por las que tu personaje no llama a la policía:
- Tuvo problemas con la ley.
- Teme ser acusado.
- Sabe que la policía está en el ajo.
- Quiere chantajear al asesino.
- Es un detective privado.
- Ama al asesino.
- Es un justiciero.
Hay otra opción: el personaje contacta con la policía, pero esta no está atenta o es inoperante.