Escribir con los cinco sentidos


Por Carmen M. Oseches Dam  (Firma invitada)

Siempre me costó decir que soy guionista porque de profesión soy docente especialista en lenguaje. 

Por mi facilidad con la escritura, en una oportunidad mi hermano me pidió desarrollar un guion para un piloto de un programa de TV, y en mi desconocimiento sólo pude investigar un par de cosas por Internet, preguntar otras tantas y lanzarme a la aventura. 

El reto fue superado y mi hermano se ganó al cliente quien exigió que fuese yo la guionista.  Hace ya casi 8 años de eso y vamos por la octava temporada.

Evidentemente esta experiencia me llevó a querer desarrollar un talento desconocido. Realicé talleres en Caracas y después me fui un año a España para hacer una especialización. Luego de mi regreso, durante años sentí que estaba invadiendo un espacio que no me correspondía por derecho; a veces continúo sintiéndome así por todos esos miedos que invaden al guionista y su autoestima, aunque son muy pocos los episodios.

Comencé a creer que realmente tenía talento y fui escribiendo cortos, intentos de largos, comerciales, otros programas de TV… pero seguía faltando algo. 

Crecí como guionista cuando dicté un par de módulos de guion para una universidad que me llamó y luego para una Escuela de Medios.  En vista del poco tiempo de duración, porque existe la falsa creencia de que “el guion se ve rapidito para ganar tiempo en dirección y realización”, decidí olvidarme de la teoría, ésa con la que orgullosamente me formé, decidí pasar por encima de McKee, de Syd Field, Chris Vogler, Linda Seger, Xavier Pérez y Jordi Balló… Y me comporté como una docente de lenguaje.

En varias oportunidades le asigné a mis alumnos canciones, temas instrumentales, vendé sus ojos y los puse a identificar sabores y olores para conectarse con una emoción o algún recuerdo…

Muchas han sido las estrategias, pero recuerdo especialmente la ocasión en la que asigné una pintura y les pedí que la desmenuzaran con la vista, luego a que describieran lo que sentían y finalmente a que me contaran una historia sobre eso que percibían.  El resultado fue un grupo de historias fascinantes que luego se convirtieron en cortometrajes cuando trabajamos la estructura de un guion.

Cuando escribo, y osadamente ayudo a otros a escribir, me apoyo en los sentidos. Siempre se ha dicho que un guionista debe ser muy curioso, debe ser observador, viajar, conocer, escuchar historias… por lo general todo deriva en la vista y el oído, muchas veces dejando de lado el gusto, el tacto y el olfato. Incluso para quien no está acostumbrado a escribir, la reminiscencia que evocan los sentidos es crucial. Me gusta que mis alumnos escriban, incluso creyendo que todo es un caos. La forma viene después.

Por mi condición docente, cada una de mis clases de guion son diferentes porque estudio a mis alumnos. Identifico a los auditivos, a los visuales, los que son kinestésicos, y a partir de allí exploro las posibilidades, no para que aprendan la teoría del guion, sino para que encuentren su forma de escribir.

Lo que nos dicen los teóricos y los guionistas con experiencia son informaciones súper valiosas, pero que a la larga no sirven de nada si no sabemos cómo llevarlo a la práctica.

No creo que una receta para ser guionista, un camino trazado, una verdad absoluta. Considero que el acercamiento al guion viene dado por la realidad que queremos reflejar y por la forma en que sabemos comunicarnos. Así como algunos actores necesitan experimentar lo que vive su personaje para poder construirlo, otros simplemente lo interpretan desde sus propias herramientas; igualmente sucede con el guionista. Existen muchos caminos y todos están a la vista, de nuestra parte está escoger el que mejor se preste para lo que deseamos escribir.

La forma de llegar al guion tiene muchas ramificaciones, en cambio para ser guionista hay un solo camino posible: confiar en lo que se sabe, escribir y creerse guionista.

Recuerdo cuando en un momento de debilidad le pregunté a un amigo en común: “¿Cómo puedo llamarme guionista si mi trabajo no lo conoce nadie?, ¿cómo puedo enseñar sobre guion si más de la mitad de mi trabajo no se ha realizado?” y él me respondió: “Si haces cortos o webseries o cómics, eres guionista. A menudo los guionistas dan demasiada importancia al cine, cuando el cine no da importancia a los guionistas”.

¿Mi forma? Sentir, escribir y creer. Ya todos los caminos han sido andados, puedes tomar cualquiera o labrarte uno propio, sólo procura seguir caminando.


Carmen M Oseches Dam es docente y guionista. Directora de @GallitosPicture y autora del blog Lengua Creativa.

Publicidad: TaxDown | Calcula GRATIS el resultado de tu renta y obtén 10€ para presentarla. ¿Quieres hacer tu renta con todas las deducciones posibles, en 15 minutos y revisada por expertos? Regístrate en TaxDown a través de mi enlace:  https://taxdown.es/referido?ref=NVAB2DZIMR7IHV0Z&s=6