Paranoias de guionista

Índice

    Cuando un guionista no escribe suele conspirar contra sí mismo. Las paranoias se convierten en el pan de cada día.

    Si reclamo lo mío, me cerrarán las puertas

    No recibir la remuneración pactada y/o ser ninguneado o eliminado de los créditos son situaciones lamentables que a veces se dan. A menudo se llega a esto porque el guionista está empezando la carrera y teme que abrir la boca pueda perjudicar su futuro profesional.

    —Uno no sabe a quién conoce esta gente; te pueden cerrar las puertas —dice el guionista.

    El guionista joven ignora de que nadie tiene tanto poder como para acabar con su carrera. Los productores no forman un grupo homogéneo; entre ellos hay posturas ideológicas, estéticas y formas de trabajar contrapuestas, tantas como los guionistas tenemos entre nosotros. Y por supuesto, hay productores honrados y productores que acaban en los juzgados por no obrar conforme a la ley.

    Ellos son peligrosos

    A lo largo de los años un guionista escucha historias increíbles que podrían convertirse en guiones: productores que pertenecen a sectas satánicas o sociedades secretas como la retratada en Eyes wide shut.

    Aunque sin duda, la historia más extravagante escuchada es: “Menganito tiene matones”. Es una leyenda urbana que circuló años atrás sobre un conocido empresario y productor de cine. Los guionistas que propagaban este bulo parecían vivir ajenos a la realidad: ¿Eran conscientes de que contratar a un matón era —y sigue siendo— más caro que pagar la deuda a un guionista? ¿Y los cadáveres de los guionistas?

    Hay que meter la cabeza como sea

    Un aspirante a guionista me dijo que quería trabajar como negro, aunque no recibiera dinero, para aprender el oficio, para conocer a gente, porque quería “meter la cabeza”. Temía que si no lo hacía así, humillándose, jamás podría ser guionista. Es quizá el punto de partida más nefasto para iniciar una carrera.

    La realidad es otra: la complacencia no conduce al guionista a avanzar en su carrera. Por lo general, cuando uno parte con la idea de “meter la cabeza como sea”, lo más probable es que acabe con la cabeza en el váter, vomitando, mientras otro se embolsa el dinero y los méritos, por pocos que sean estos.

    Si tienes un guion de corto o largo, puedo ayudarte con la reescritura

    envíame un correo a javiguion@lasolucionelegante.com

    o contacta por privado en LinkedIn.